Los laboratorios de lxs nadie
Julian Latorre
Llevamos casi cuatro siglos observando, lanzando hipótesis, experimentando, comprobando y concluyendo de manera formal sobre lo que comúnmente es extraño a nuestras propias experiencias vitales. Ha sido así tanto en lo individual como en lo colectivo. Solemos analizar los problemas ajenos, bien sean éstos los que aquejan al jefe de personal de la empresa en la que trabajamos o sean los que aquejan a las naciones que hoy acreditan la deuda externa.
En cualquiera de estos dos casos, una gran parte de la realidad se encuentra oculta y se infiltra peligrosamente en nuestras reflexiones tanto científicas como cotidianas: la intención con la que hemos desplegado tan locuaz método. Cuando la intención del investigador se alinea con las intenciones de la investigación científica y ésta a su vez con las necesidades del sujeto investigado, podríamos pensar en tener un experimento coherente entre sus partes y con su contexto de desarrollo.

Esto que pareciera ser todo un cambio paradigmático de las ciencias y la academia que pretende dar vuelta en la relación epistemológica entre los denominados “sujetos” y “objetos” de la investigación, es lo que en realidad pasa día a día en el corazón de la “Colombia Profunda”, como también muy seguramente sucede en el Ecuador, Brasil, Argentina, México, y toda la hispanoamerica Profunda.
La voluntad por pervivir de cada uno de sus habitantes se alinea entre el sudor y la sombra con los esfuerzos y tecnologías populares que no detienen sus desarrollos ni por la nula financiación ni mucho menos por la mezquina mirada de la academia, pues ellos se consiguen de manera sincretica entre el misticismo que es producto de siglos y siglos de relacionamiento con las fuerzas incomprendidas de la naturaleza y los saberes de los abuelos y ancestros quienes por mucho más de 500 años a prueba y error, entre hambrunas y celebraciones rituales continúan hoy el camino de la academia errante, del aprendizaje sin titulaciones y de la praxis productiva sin certificaciones.

Es así como siglos de avances científicos, sociales y políticos no han logrado prescindir en absoluto de la labor campesina en el planteamiento vital por la supervivencia humana, todo lo contrario, hoy por hoy sabemos la gran importancia del campesinado y sus territorios como sujetos colectivos de derechos que permiten hacer de la ruralidad el espacio preciso para la creación de nuevos conocimientos y posibilidades de vida para la humanidad.
Es así como se hace urgente y primordial, estudiar la(s) ruralidad(es) del mundo, desde una óptica realista, participativa, colectiva y orgánica que permita comprender las estrechas y complejas relaciones del ser humano con la naturaleza y de la naturaleza en sí misma como constituyente primario de la sociedad humana y su pensamiento, la mística que interviene en este proceso constructivo y los impactos que generan las relaciones de poder entre las distintas clases sociales al interior de la naturaleza, vista como un todo social que lucha cooperativamente por la vida y la supervivencia.
Molagavita, Santander - Colombia.
Septiembre de 2021