Escenarios Educativos Rurales

David de Vries

Proyecto Portal del Sur Latinoamérica

Al dialogar, registrar y trabajar con familiares, amigos y personas que han participado en algún proyecto social/comunitario/sustentabilidad, comenzamos con los siguientes cuestionamientos:

¿Qué experiencias/mapeo/plataformas de RSE existen?

¿Cómo ser eficientes en la ejecución de acciones colectivas?

¿Los indicadores de línea de base son incipientes para la generación de propuestas colaborativas?

¿Qué pasos se necesitan para trabajar en una comunidad?

¿Existen buenos canales de comunicación entre personas mayores y menores para transmitir información (Memoria Histórica)?

¿Qué importancia tiene la búsqueda de identidad en el proyecto de vida de las personas?

¿La educación de los niños y jóvenes es pertinente a sus necesidades y las del desarrollo de su territorio?

En esta constante búsqueda de respuestas, encontramos que las comunidades indígenas y campesinas de la zona andina, trabajan en el desarrollo de las Mingas (trabajo colaborativo para lograr un objetivo en común) para resolver necesidades inmediatas de sus comunidades, y de esta manera es como empezamos a descifrar los factores internos y externos que nos han permitido avanzar hacia un modelo pedagógico basado en círculos de palabra y sistematización de dichas “necesidades del contexto”, de la mano de docentes públicos del territorio.

La construcción de aprendizajes en comunidades necesita de la interacción con otros y con el entorno, así como la transferencia de conocimientos (usos y costumbres) de manera intergeneracional. Clave para que el conocimiento generado sea “el reflejo del mundo externo influido por la cultura, el lenguaje, las creencias, la enseñanza directa y las relaciones con los demás”1.

Dicho lo anterior, desde Portal del Sur propendemos a la promoción, divulgación y creación de contenidos propios para el contexto escolar. Así la decisión y conciencia de cambiar patrones de consumo y coexistencia con el entorno, no sea una responsabilidad meramente del sector público o privado o de las instituciones que acompañan a las comunidades, sino de todos los actores que rodean al niño/a; “el gran desafío de los años venideros será recordarles a los estratos medios que todos ellos zumban por el espacio en la misma pequeña nave espacial llamada Tierra y que contribuirán a su naufragio definitivo si no logran ajustar sus estilos de vida y sus pretensiones de consumo a los límites del ecosistema global”2.

Aplicar el concepto de desarrollo regenerativo en esta propuesta implica, por un lado, restaurar la salud y la vitalidad de los ecosistemas en los que participan los niños y jóvenes y al mismo tiempo revela el potencial latente de un lugar al conectar el sistema a sí mismo y al contexto en el que está anidado. Según Daniel Walh “Parte de este tejido de conexiones surge del diálogo de múltiples partes interesadas o la reconciliación de diferentes perspectivas en un nivel sistémico superior de manera que se crean soluciones ganar-ganar-ganar para la vida en ese lugar. Solo cuando conciliamos la naturaleza y la cultura y avanzamos hacia la comprensión de nosotros mismos como parte de la evolución de la vida y los participantes en los procesos de soporte de la vida, comenzamos a trabajar de manera regenerativa”3, con un enfoque territorial de fondo, donde se abordan temas como la salud mental de los niños y adolescentes de forma integral en épocas de pandemia.

El aceleramiento de las tecnologías como fuente de información y expresión al alcance de la mano, hace mucho más difícil el ejercicio de conectar con el territorio en el que se habita. “Es el momento de tratar de vincular las ventajas que nos traen las tecnologías al alcance de todos, con una gestión de la información más madura y responsable desde las diversas organizaciones y entidades que participan en el desarrollo social”1, cultural y medioambiental.

Para nuestro equipo de trabajo, lo más importante es generar soluciones creativas donde los niños y jóvenes reinterpreten la realidad de su contexto, y propendan a un desarrollo regenerativo de su entorno, respetando la identidad de su territorio y mucho más importante su identidad personal. El proceso educativo de nuestros niños/as en el campo debe tener un pronto viraje hacia una ruta independiente de aprendizaje para ser eficientes en la planeación y supervivencia de los pueblos.

Genoy, Nariño – Colombia.

Septiembre de 2021