Bidasoa resiste
En Navarra hay un brote verde para la continuidad de los seminaristas en España. Es el Colegio Eclesiástico Bidasoa, que en los últimos tres años, ha ordenado a 39 fieles: doce en 2015; diecinueve en 2016 y ocho en 2017. Sin embargo, hay aún un dato más sorprendente, ya que actualmente son 98 seminaristas procedentes de 53 diócesis y de veintidós países diferentes. Es más, en sus años de existencia han pasado por su aulas para formarse en la ordenación sacerdotal un total de 614 alumnos, pertenecientes a 109 diócesis de veintinueve países. Sin embargo, según fuentes del centro, la mayoría vienen a formarse, pero se ordenan en su diócesis de origen.
En los últimos años se han ordenado cuatro diáconos, diecisiete presbíteros y dieciocho sacerdotes. Si nos fijamos en la procedencia de los seminaristas, observamos que siete son de Perú, seis de Brasil, seis de Filipinas, cinco de El Salvador, cuatro de Ecuador, cuatro de México, uno de India y uno de Nicaragua.
Entonces, ¿qué es el Colegio Eclesiástico Bidasoa? Es un espacio erigido por la Santa Sede en el año 1988, un seminario internacional dirigido por la prelatura de la Santa Cruz y el Opus Dei y adscrito a la facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
Luis Felipe Navarro, sacedorte y rector de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma y Pablo J. Ginés, redactor de Religión en Libertad, dos testigos de esta situación nos cuentan qué es exactamente esta institución. "Es un seminario en los que los alumnos tienen una muy buena formación académica, filosófica y teológica, garantizada por las universidades a las que van. Pero, además, ofrece un ambiente formativo y humano para que cada seminarista conozca mejor a Jesucristo y también a sí mismo. Convivir con gente muy diversa ayuda a comprender a los otros y a conocer mejor los propios límites y defectos", explica el rector de la Pontificia de Roma.
Para Ginés, su éxito se debe a que "son casi todo chicos extranjeros, de diócesis pobres de misiones. Son chicos de América Latina, por ejemplo, que tienen vocación y han demostrado ser brillantes, disciplinados y buenos estudiantes. El Colegio Bidasoa (y los entornos del Opus Dei) aceptan formarlos porque, muy probablemente, algún día llegarán a ser vicarios, formadores o incluso obispos en sus pequeñas diócesis del Tercer Mundo. Es una forma de sembrar "obispos amigos del Opus Dei" en diversos países. La realidad es que, efectivamente, hay seminaristas brillantes en el Tercer Mundo y alguien tiene que formarlos bien y devolverlos a su país para que ellos formen a otros", afirma.